5 de diciembre de 2011

Servín: flâneur con rifle al hombro



J. M. Servín
D.F. Confidencial. Crónicas de delincuentes, vagos y demás gente sin futuro
México, Almadía, 2010
163 pp.
Colección Los gavieros


Según Juan Villoro, la crónica no sólo narra la frugalidad de los hechos, sino también “lo que no ocurrió”, los fracasos y las “oportunidades perdidas que afectan a los protagonistas”. El más reciente libro de J. M. Servín es un claro ejemplo de ello.
Para quienes somos asiduos a la crónica, D.F. Confidencial era un libro esperado, pues leíamos a Servín en publicaciones periódicas, pero no teníamos acceso a un volumen que recopilara su periodismo literario. Autodidacta y celoso de su independencia, el autor se concibe como un cazador que debe acechar la realidad con paciencia, para encontrar a sus presas y dar en el blanco. “Flâneur con rifle al hombro” -como él mismo define al cronista- Servín va tras aquello que puede concebirse como anormalidad, falla, distinción; busca las anomalías y las rarezas, los animales sui generis que habitan su urbe. Al hallarlos, logra con su escritura no sólo retratar su malversada fisonomía, sino comprender las razones de su indolencia y sus quebrantos. No supone que sus destinos se encuentren fuera del orden moral predominante. Todo lo contrario: se trata de figuras que hacen evidente nuestra enferma modernidad. Para este cronista, todos formamos parte de una gran patología social, que tiende a lo ridículo.
Visto así, el rostro urbano que nos propone Servín está plagado de rictus anónimos que sólo hay que saber descifrar con elocuencia. Criadores de perros de pelea, reporteros sensacionalistas, adolescentes pirotécnicos, jugadores-apostadores de frontón mano, adictos del cine porno y Ni Nis en potencia, entre muchos otros personajes abigarrados, pueblan sus páginas. Con estilo irónico y lucidez crítica que abreva de una fuerte tradición de la narrativa realista y social, D.F. Confidencial construye un mural de sensaciones que mantiene el equilibrio entre paisaje y detallismo, sin renunciar a ofrecernos su propio punto de vista y sin caer tampoco en el catastrofismo. Al indagar en geografías proscritas y en la vitalidad del desmadre urbano, Servín construye una sensibilidad crítica en relación con nuestras disfunciones colectivas, nuestras fronteras de clase y nuestros comportamientos a un tiempo pretenciosos y mediocres.
Con este libro, Servín se muestra como un eficaz vindicador del periodismo literario y acaso también como el mejor exponente de la crónica de entre los narradores de su generación.


[Salazar, Jezreel. Reseña de D.F. Confidencial. Crónicas de delincuentes, vagos y demás gente sin futuro, de J.M. Servín, en Tierra Adentro, núm. 169, abril-mayo 2011, pp. 87-88].

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