4 de enero de 2012

De la cordura al alucine

Lo maravilloso en Fellini es su capacidad para, de un momento a otro, cambiar de atmósferas, manipular el estado anímico del espectador, quien salta del bullicio festivo a la contemplación melancólica del universo, de la cordura al alucine, en apenas unos instantes. Esto es más que evidente en La dolce vita.

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