26 de mayo de 2010

Dejar ir

Hace no mucho fui a una fiesta a la que asistieron algunos integrantes del Cine Club de Ciencias de la UNAM. Mientras disfrutaba observando a la fauna universitaria y expelía mis cultivadas dotes antisociales, pensé en un posible ciclo sobre el dolor del duelo, sobre ese paréntesis de la vida que implica aceptar que los otros han partido, esa sensación de estar fuera del mundo mientras los otros siguen en él. Torres Bodet, en un texto rescatable, medita sobre esa percepción que implica tener conciencia de la muerte:

“Me asalta la amargura de estar viviendo, a mi modo, los días finales de Iván Ilich. Como a él, me irritan la alegría, la salud y la fuerza de los demás. Todos ellos tienen proyectos. Van a ver a sus amistades; llaman por teléfono para averiguar si la hora de esta o aquella cita se ha alterado. Sonreirán de cosas que ya no comprendo ahora. Hablarán de asuntos que, para siempre, ya no me afectan. Cada sonrisa que se dibuje en sus labios y cada palabra que digan los alejarán -aunque no lo quieran- de la pobre inquietud humana en que me debato. Condenados a muerte, lo estamos todos. Mientras la salud nos engaña, ignoramos lo riguroso de semejante condena. Vivir constituye un acto magnífico de egoísmo. El temor de morir no es menos egoísta sin duda, pero carece de toda magnificencia. Nos revela, de un golpe, lo absurdo de haber vivido como vivimos. Y nos demuestra -no con ideas generales, sino con hechos concretos, precisos y dolorosos- hasta qué punto la vida que, desde lejos, puede parecer afortunada, esconde un irreversible y tremendo error”.

De las múltiples cintas que me han venido a la cabeza para tal ciclo, cuyo título aún no logró hallar, elegiría, sin dudarlo, las siguientes:

La stanza del figlio (La habitación del hijo), de Nani Moretti 
Le chignon d'Olga (La sensualidad de Olga), de Jérôme Bonnell 
Lake Tahoe, de Fernando Eimbcke 
Trois couleurs: Bleu (Tres colores: Azul), de Krzysztof Kieslowski 
Exotica, de Atom Egoyan
Kirschblüten – Hanami (Las flores del cerezo), de Doris Dörrie 
Génova, de Michael Winterbottom


No obstante, me percato que aún debería ponderar la elección de otras cuantas películas más, pensando en este ciclo:

La Fracture du myocarde (La fractura del miocardio), de Jaques Fansten
The sweet hereafter (Dulce porvenir), de Atom Egoyan
The Darjeeling Limited (Viaje a Darjeeling), de Wes Anderson
Okuribito (Violines en el cielo), de Yôjirô Takita
Shadowlands (Tierra de sombras), de Richard Attemborough
Des plumes dans la tête (La pérdida), de Thomas de Thier
Sous le sable (Bajo la arena), de Francois Ozon
Bajo California. El límite del tiempo, de Carlos Bolado
In the bedroom (Crimen imperdonable), de Todd Field

Por supuesto, me vendría bien un poco de ayuda…

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