El juicio acrítico es un mal multitudinario. ¿Cuántos cuestionan cada idea, frase o acontecimiento del que tienen noticia? ¿Quién pone en duda, seriamente, su propia percepción? Supongo que nos invade una epidemia cuyos síntomas son, al mismo tiempo, la incertidumbre y la incapacidad de confiar en la duda.
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